Y lo es porque a su talento como pintora hay que añadir sus facetas de bailarina y fotógrafa. Esa combinación mágica de talento hace que, como modelo, Paula sepa sacar lo mejor de sí misma, su faceta más erótica con la elegancia que sólo una bailarina es capaz de mostrar. Además de un desafío artístico, trabajar con ella es muy enriquecedor porque es una fuente inagotable de creatividad. Y tenerla como amiga personal, es un honor.